martes, 30 de agosto de 2016

Ahora todos odian al pobrecillo de Nicolás Alvarado


Luis Enrique Gutiérrez O.M.

Partamos de lo obvio. El único imbécil en este mundo que puede pensar que Nicolás Alvarado es algo cercano a un intelectual, es el mismo Nicolás Alvarado. Lo que dijo sobre Juan Gabriel fue una serie de burradas que, como bien apunta Yuri Vargas, solo lo delatan al mismo Alvarado de ignorante en lo que se refiere a las reglas del buen decir.

Eso de un lado de la cancha. Del otro, el pueblo llano, dolido por la muerte del que fuera sin duda un genio de la música pinche. Dolor legítimo, dolor que terminará inmortalizando.

Pero el peor error de Nicolás Alvarado fue echarse encima a dos alacranes al mismo tiempo. Por un lado, con sus comentarios fuera de tono, a las chachas que crecieron en hogares donde se escuchaba a Juan Gabriel y a Rigo Tovar, y ahora tienen un titulillo de teatro en la UNAM (o la ENAT según el caso) y sendas cuentas en el féisbuc y el tuíter. Claro que están encabronadas por la falta de respeto de este pedazo de imbécil a su duelo. Claro que en su conciencia de pueblo sin más referentes que los aportados por cincuenta años de televisión mexicana, andan buscando un enemigo para reafirmarse.

Pero el pobre Nicolás también les dio un besito en el aguijón a una pequeña élite intelectual que sí sabe de lo que habla, que siempre ha pensado que Nicolás Alvarado es medio pendejo y que no entiende cómo este personaje se escurre de un espacio público a otro con tan poco arsenal de recursos culturales. Esta élite, que también usa las redes sociales y en más de una ocasión se confunde con el grupo del que hablábamos primero, también se siente con el derecho de pendejearse a este nada simpático muchacho y, por qué no, de confesar al paso, y sin temor al escarnio, que más de una vez ha enjugado sus lágrimas con el que ahora llaman Divo de Juárez (¿dónde quedó el gran Tin-tán) y la melodramática Rocío Dúrcal.

Al primer grupo, el de las chachas actrices producto de nuestra educación pública, les digo, en serio, Nicolás Alvarado no solo no es un intelectual, además ni por mucho es un representante de nuestra élite cultural. En tal caso, es como ustedes, un naco involuntario. Que ande por ahí muy facha y desdeñoso no lo hace más cabrón o más bonito (por no decir, en este caso particular, menos fellito).

A los intelectuales de a de veras. A esos que han dedicado su vida a cultivar el espíritu y recrearse en lo más sublime del hacer humano, solo puedo decirles que, al meterse en esta bronca, pues sí, parecen chachas. Entiendo que ya les andaba por confesar sus desvíos ocasionales del canon. No tienen nada qué confesar, estaban pedos. Es como cuando le pones un faje a un travesti a las tres de la mañana en el Catorce, no cuenta, estabas pedo, no eres puto. Aunque lo hagas más de una vez, no eres puto. Tampoco es obligatorio que pongan en su lugar a Nicolás Alvarado para que los demás sepamos que ustedes sí saben y él no. Eso es algo que se demuestra todos los días. Prueba de ello es la confusión en las redes sociales por la solicitud de renuncia de Alvarado de TV UNAM. Unos andan pensando que la “comunidad” exige su destitución por los comentarios sobre Juan Gabriel (lo que sería una delicia más de las furias feisbuquianas), cuando esta solicitud viene de atrás y se debe a motivos “reales”, como que desde que entró solo ha demostrado que ni para barrendero sirve.



P.D.: Solo para dejar registro. En su muy circulada nota, Yuri Vargas comete errores al contar las sílabas en la canción con la que ejemplifica, eso por defender a quien no necesita ninguna defensa.

9 comentarios:

  1. Pues ya ves, todos quieren pregonar que saben más que los demás, como tú en este texto.

    a todos nos gusta pensar que todos son unos pendejos menos nosotros, todos unos finos e iletrados señores con los pies en la tierra y el panorama bien estudiado, como tu en este texto.

    Y todos, por lo general, quieren sentir que están en un escalón más arriba que el común general aunque no sea cierto, como tú en este texto.

    Lamento bajarte de tu nube, pero tanto tu como yo somos parte de esa masa heterogénea y un tanto anónima llamada por todos como "El Pueblo".

    Mucha gente no le gusta sentirse parte de "El Pueblo" y por eso se refieren a él cómo si hablaran de un ente externo y distante, sin darse cuenta que son tan parte de él como los albañiles y las chachas -llamadas así despectivamente por el pueblo que no se siente pueblo.

    "A las chachas que tienen su titulillo de teatro"... ¿de verdad hiciste ese comentario?. Te aseguro que, sin importar la -mal llamada- clase social a la que pertenezcas, y así seas parte de la "élite intelectual" como tú le dices (el haberla descrito de ésta forma automáticamente te excluye de ella, si és que existe como tal) todos somos prácticamente lo mismo, y para muéstra, sólo observa cómo no perdemos el tiempo en tirarnos boñiga unos a otros (si, lamentablemente, me incluyo, pero no por eso tu quedas excluido).

    Buen texto, con lo que no concuerdo del todo es con tu opinión y tu forma despectiva de referirte a ciertos segmentos de la población, y pareciera que es la frase del día pero, eso, mi estimado, habla más de ti que de las trabajadoras del servicio doméstico.

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  2. Jorge Eudocio Ravines Toledo1 de septiembre de 2016, 8:30

    No te conozco y sin embargo, me bastó con llegar a la parte de "las chachas que crecieron en hogares donde se escuchaba a Juan Gabriel y a Rigo Tovar, y ahora tienen un titulillo de teatro en la UNAM (o la ENAT según el caso)" para saber que eres varón, blanco, citadino, producto destilado de la educación privada, fermentado en la conciencia de clase (económica, social y/o intelectual) y añejado en el solitario pináculo de la creencia en tu propia superioridad en alguno o en todos esos tres rubros. Entiendo que tu texto intenta ser gracioso, sin embargo, lo que que verdaderamente logra es ser misógino, racista, clasista e ignorante. Y todo eso con una impresionante economía verbal.

    Explico.

    (a) Misógino, racista y clasista. A lo largo y ancho de nuestra mexicana historia de desigualdad, son dos los insultos de preferencia que hasta el día de hoy, son usados cotidianamente para humillar, descalificar y disminuir a una mujer: (i) puta y (ii) chacha. La primera es herencia de nuestra mitología judeo cristiana. La segunda, es herencia de nuestro pasado colonial (ese mismo que tal vez tus ancestros llamaban pasado imperial). "Chacha" es el término más económico en lengua mexicana para descalificar y reducir a una persona por su condición de mujer, su situación socio económica y cultural y sobre todo, el color de su piel. Mírate en el retorcido espejo freudiano de tu texto, Patricio de Apellidos Compuestos, y analiza qué regañiza materna te impulsa a querer reducir a cualquier mujer universitaria a tu tan mínimo común denominador de "chacha [...] con titulillo".

    (b) Ignorante. Y solo para dejar registro: no hay error alguno en el conteo que hace Yuri Vargas de las sílabas de la canción de Juan Gabriel. Y es que, señor dramaturgo, las sílabas poéticas se cuentan de forma diferente que las sílabas gramaticales. Hay que tomar en cuenta la sinalefa, el hiato, la dialefa, la sinéresis, sumar una sílaba más al verso cuando éste termina en palabra aguda y restar una sílaba más al verso cuando éste termina en palabra esdrújula.

    Y para cumplir con la encomienda de mi cruzada civilizadora, comparto contigo un link muy didáctico y sencillo para que aprendas a contar sílabas poéticas y no andes de hocicón, pues ¿acaso no fue la "hociconería" de Nicolás Alvarado la fértil generadora del texto de Yuri Vargas, de tu texto y del mío? Si pones atención, tal vez encuentres una moraleja bastante catártica en todo este asunto.

    http://repdeval.com/Circulo/Taller/metrica/medidadelosversos.htm

    P.D.: Paulina Nieto, Nicolás Alvarado y tú deberían hacer un grupo de Whatsapp. Se podría llamar "Pináculo Selecto de aquellos que odian a la prole, a los nacos y a las chachas con titulillo".

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    1. A gente como tú me refiero cuando hablo despectivamente de esos pendejos que quieren aleccionar de a gratis. Cuando Yuri Vargas dice: "5+5=10 para seguir / amándonos", cuenta mal las sílabas, porque el primer hemistiquio sí suma cinco si se lee como verso independiente (que así es en la canción), en tanto que aguda; pero amándonos, que es esdrújula, nunca sumaría cinco sílabas, sino tres. Lo que no entiendo es esa arrogancia a la que se trepa cualquier pendejazo solo por tener cinco pesos para su hora en el cibercafé, que lo lleva a querer plantear una autoridad que no tiene. Una cosa es que no te guste lo que yo diga, otra que no tengas los putos referentes para entendera y otra que se te ocurra querer enseñarme las tablas de multiplicar. Besos.

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  3. Jorge Eudocio Ravines Toledo2 de septiembre de 2016, 19:38

    Queridísimo Luis Enrique:

    Disculpa si te tuteo, pero después de tu nota tan cariñosa y tan llena de ternura, ahora sí, ya siento que te conozco. Parafraseando al divo de Juárez, cuya muerte nos ha unido en este cálido y amigable intercambio epistolar, perdona si te hice llorar, perdona si te hice sufrir. Tienes toda la razón.
    Todas las personas que conozco me lo repiten todo el tiempo: no debería de aleccionar de a gratis. Pero hoy, es tu día de suerte. Tuve cinco pesos para el cibercafé.

    Tu palabra de hoy es éctasis (con ce, no con equis, cariño). La RAE la define como la licencia poética que consiste en alargar la sílaba breve para la cabal medida del verso, pero a mí me gusta más pensar en ella como la magia que hacía que se cimbrara hasta sus cimientos el Auditorio Nacional, que desgarraba a tirones la coraza de mi alma y que ejercía un lacrimógeno poder sobre la audiencia, cada vez que Rocío Durcal reclamaba al cielo con el himno del soldado caído del amor: AMÁAANDONOS. Y es que esa “A” vale por tres ¿no lo crees, corazón? Pero no te apures, no te culpo. El verdadero culpable es Yuri por no haber atiborrado con notas su conteo y así evitarte la confusión y la molestia de tener que contar con tus deditos.

    Luis Enrique, aprecio y admiro que no hayas intentado poner a discusión tu misoginia, tu racismo y tu clasismo. Demuestras una calidad humana y una integridad con la que muchos sólo soñarían, totalmente en línea con el famoso aforismo del sabio filósofo Juan Gabriel: “Lo que se ve, no se juzga”. Pero parafraseando otro aforismo de Mark Twain, recuerda que es mejor callar y parecer estúpido, que escribir y disipar toda duda.

    Quiquito, mi rey, el graniento adolescente dueño del cibercafé me informa que se han acabado mis cinco pesos. Así que las tablas de multiplicar te las tendré que enseñar en otra ocasión.

    Me despido dedicándote unos versos de Edmond Rostand, un cabrón que sí era dramaturgo y que también sabía de poesía, no más pa’que te des un quemón y veas que sí se puede.

    – Voilà ce qu’à peu près, mon cher, vous m’auriez dit
    Si vous aviez un peu de lettres et d’esprit.
    Mais d’esprit, ô le plus lamentable des êtres,
    Vous n’en eûtes jamais un atome, et de lettres
    Vous n’avez que les trois qui forment le mot : sot !

    No te pongo la traducción porque ya no me alcanza, pero ¿qué es eso pa’ti que tienes infinitum en casa? Googléalo, mi bien.

    P.D. Si Paulina Nieto y Nicolás Alvarado todavía dudan en aceptarte en su grupo de whatsapp, yo con gusto puedo ofrecer mi testimonio como carta de recomendación. Ya no desperdicies tu furia clasista y tu ciega necedad en la dramaturgia. Tienes todo para ser Gobernador de Veracruz.

    ¿Qué crees? Me encontré dos pesos tirados y siempre sí me alcanzó para ponerte la traducción.

    -Eso, más o menos, querido, es lo que me habrías dicho
    Si tuvieras un poco de letras o de ingenio
    Pero de ingenio, oh más lamentable de las criaturas,
    No tienes siquiera un solo átomo
    Y de letras sólo tienes, las cinco que forman la palabra: tonto.

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  4. Gracias Alvarado, eres la musa del mejor texto que he leído, que al fin no ha de ser mucho. Tenía yo que ser mexicanos para entender que el odio reprimido también puede ser el combustible que insufla la creación artística.

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  5. Y así mero es. La éctasis en la canción es lo que permite que las voces luzcan en las vocales y un buen compositor debe asegurarse de utilizarla. Lo que es,es.

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  6. Bajo ese criterio, cualquier verso da cualquier medida, en la medida en que lo deforme para acomodarlo el ejecutante. El uso de las figuras de dicción nunca se tolera tan desmedido. ¿En serio quieres sostener la reverenda mamada de que la segunda sílaba vale por tres?. ¿Cómo calculaste los tempos? Los huapangueros le llaman a eso que la poesía está desmetricada. No es cierto que Juan Gabriel hiciera el ajuste silábico, no entendiste nada de la licencia, el autor hace un ajuste de tempos, pero no en la estructura de los pies rítmicos para adecuarlos (que es acomodando acentos al cargar una sílaba corta). Convenientemente no consideraste cuando sostenía la última sílaba lo que le duraban los pulmones, porque ahí hasta un puto verso alejandrino le sacas. Ya que andas muy pesudo, ve a darle lata también a Sandro Cohen, que tuvo más detenimiento que yo en los versos citados por Yuri y encontró creo que tres o cuatro inconsistencias. Y cítale también a Rostand. Citarlo es tal vez lo más candoroso con lo que me he topado en este año. De lo demás ni respondo porque es más o menos lo mismo con lo que me joden siempre desde su semianonimato los hijos de Vasconcelos y Steve Jobs, como tú. De esto sí, porque el tema es bonito, siempre me ha interesado, y ya casi nadie atiende la arte métrica, supongo que por su carácter así como artesanal. Beso.

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