Piedra blanca sobre piedra negra. Hoy, 4 de noviembre, el mismo día que los autodenominados norteamericanos eligieron al primer presidente medio negro de su historia, este mismo día nosotros nos enteramos que en el próximo periodo definitivamente no vamos a contar con el primer presidente cien por ciento español en México.
Más allá de las diferencias, ambos países celebramos y rendimos pésame de la misma manera, la más socorrida últimamente: la caída en los principales indicadores bursátiles.
Los chistes de mal gusto, que nunca faltan, ya comenzaron a circular, que el piloto quería ir al aeropuerto y Mouriño a la Torre de Pemex es el que más circula. El mejor fue el de ese señor que se llama a sí mismo Presidente de México, que sus enemigos denominan Espurio y nosotros Felipito. En un apresurado mensaje al país ponderó, entre otras raras virtudes, el ecologismo de su amigo y compañero de fraude electoral. Dígame usted, inexistente lector, qué tiznados tiene de ecologista alguien que hace una pequeña fortuna traficando contratos de transporte de combustible. Eso y el Nóbel de la Paz a Isaac Rabin y Yasser Arafat los guardo en el mismo cajón con etiqueta indescifrable.
Manuel, el jardinero es un tipo muy inteligente. Nunca hace ni madres, el jardín se llama jardín por fuerza de costumbre, pero es una méndiga selva plagadas de bichos por clasificar. Si mi mujer le dice: Manuel, quita esas telarañas, Manuel responde: sí, ya lo había pensado, no porque hubiera pensado en quitar las telarañas, sino porque todo lo que le digas que haga él ya lo había pensado, es un hombre que piensa mucho pero es un perfecto bolsón. Es mi candidato para ocupar el puesto de nuestro fallido presidente peninsular. Si no lo nombra Felipito, este mismo sábado lo voy a declarar, debajo del naranjo, Secretario de Gobernación de esta su humilde morada. Cuando se entere me dirá: ya lo había pensado, y eso cerrará el trato. Entre sus primeras funciones lo voy a poner a lavar la Cherokee, sirve que se baña de paso él, que ya no sé cuál de los dos tiene más gruesa la costra de lodo. Eso voy a hacer mañana, pero hoy no hago nada, porque estoy en postdiálisis y hay trece partidos de básquetbol de la NBA para apostar, trece oportunidades de ganar más que en la bolsa, trece, mi número de la suerte.
PD: La dueña de mis derechos de autor ya me pidió que le cambie el título a mi diario en línea. Eso de Diario de un varón caucásico, herterosexual, con horario de nueve a cinco es para ella una mentira. No porque este gratuito escribano ande adelantando su cumpleaños cuarenta y uno, sino porque ese asunto del horario de nueve a cinco no solo es mentira, sino que una de las realmente malas, cualquiera que se meta cinco minutos al google sabrá que soy un perfecto bolsón y que me la paso en la cama la cinco de siete días de la semana. Pero qué le hacemos, el título me gusta y, como dijeran Edi y Rudy, lo nuestro es la belleza, no la verdad. Ahora sí me voy.
Más allá de las diferencias, ambos países celebramos y rendimos pésame de la misma manera, la más socorrida últimamente: la caída en los principales indicadores bursátiles.
Los chistes de mal gusto, que nunca faltan, ya comenzaron a circular, que el piloto quería ir al aeropuerto y Mouriño a la Torre de Pemex es el que más circula. El mejor fue el de ese señor que se llama a sí mismo Presidente de México, que sus enemigos denominan Espurio y nosotros Felipito. En un apresurado mensaje al país ponderó, entre otras raras virtudes, el ecologismo de su amigo y compañero de fraude electoral. Dígame usted, inexistente lector, qué tiznados tiene de ecologista alguien que hace una pequeña fortuna traficando contratos de transporte de combustible. Eso y el Nóbel de la Paz a Isaac Rabin y Yasser Arafat los guardo en el mismo cajón con etiqueta indescifrable.
Manuel, el jardinero es un tipo muy inteligente. Nunca hace ni madres, el jardín se llama jardín por fuerza de costumbre, pero es una méndiga selva plagadas de bichos por clasificar. Si mi mujer le dice: Manuel, quita esas telarañas, Manuel responde: sí, ya lo había pensado, no porque hubiera pensado en quitar las telarañas, sino porque todo lo que le digas que haga él ya lo había pensado, es un hombre que piensa mucho pero es un perfecto bolsón. Es mi candidato para ocupar el puesto de nuestro fallido presidente peninsular. Si no lo nombra Felipito, este mismo sábado lo voy a declarar, debajo del naranjo, Secretario de Gobernación de esta su humilde morada. Cuando se entere me dirá: ya lo había pensado, y eso cerrará el trato. Entre sus primeras funciones lo voy a poner a lavar la Cherokee, sirve que se baña de paso él, que ya no sé cuál de los dos tiene más gruesa la costra de lodo. Eso voy a hacer mañana, pero hoy no hago nada, porque estoy en postdiálisis y hay trece partidos de básquetbol de la NBA para apostar, trece oportunidades de ganar más que en la bolsa, trece, mi número de la suerte.
PD: La dueña de mis derechos de autor ya me pidió que le cambie el título a mi diario en línea. Eso de Diario de un varón caucásico, herterosexual, con horario de nueve a cinco es para ella una mentira. No porque este gratuito escribano ande adelantando su cumpleaños cuarenta y uno, sino porque ese asunto del horario de nueve a cinco no solo es mentira, sino que una de las realmente malas, cualquiera que se meta cinco minutos al google sabrá que soy un perfecto bolsón y que me la paso en la cama la cinco de siete días de la semana. Pero qué le hacemos, el título me gusta y, como dijeran Edi y Rudy, lo nuestro es la belleza, no la verdad. Ahora sí me voy.
Vaya, lo que esperábamos: que el dueño de este blog se pusiera a trabajar. ¿Para qué cree, si no, que la nación -a través de mis impuestos- lo tiene becado? ¿Para que apueste nuestra lana en el Caliente? Preferimos en todo caso adentrarnos en sus garabatos que, si no son chistosos per se, al menos tienen eso que Ibargüengoitia llamaba la "condición fársica de la realidad". Saludos
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarHace rato que no escribe en su blogg, esperemos que se encuentre bien. Saludos desde Querétaro.
Una pregunta.
¿A parte de Los restos de la nectarina y Diatriba rustica para faraones, hay alguna otra de sus obras que se encuentre publicada?. Me he visto varias en escena y me han encantado (sí, aunque usted opine que son nefastas). su teatro gusta.
Otra cosa.
¿Quién es Enrique Olmos?
Y repito saludos.
Lo mejor para usted